Desde que inicié este camino, la vida me ha puesto en contacto con personas que realmente son Maestros que me han enseñado y guiado. Como dice el proverbio: «cuando el alumno está listo, el maestro aparece».

Todo tomó un giro inesperado cuando, cerca de finalizar mi carrera, desarrollé vitíligo. Este momento de vulnerabilidad se convirtió en el catalizador de un profundo viaje de autoconocimiento e introspección. El yoga y la meditación, que una vez fueron simples prácticas, se convirtieron en mi faro. Poco después obtuve mi certificación como Profesora de Vinyasa-Ashtanga Yoga (Yoga Alliance), encendiendo una llama en mi interior que me impulsaba a saber más sobre ese mundo.

Esa llama interior se expandió con la integración entre la física cuántica y la espiritualidad, tejiendo juntas la ciencia y el alma de una manera que resonaba profundamente conmigo y con mis orígenes científicos.

Esta conexión: física cuántica y sabiduría ancestral de Oriente; neurociencia y Pranayama; mindfulness y meditaciones tradicionales, hizo crecer mi pasión y mi preparación.

Un día me vi guiando meditaciones en un viaje espiritual en Egipto: en el Nilo, en los Templos, en las Pirámides ¡era un sueño!

Poco después, viajé al Centro Mundial de la Iluminación – EKAM – en la India, donde pase un tiempo formándome.

Ahí, en el silencio y la introspección, descubrí un nuevo nivel de claridad y propósito. La experiencia fue tan transformadora que sabía que tenía que compartirla, y así me certifiqué como Profesora de Meditación y Guía Espiritual (Oneness Academy). Poco después, entre Puerto Rico, Utah y España, nació Amrita, mi llamado y pasión, dedicado a guiarte hacia ese oasis interior donde reside tu verdadera esencia: el mismo oasis que yo he encontrado.